Tenía que ducharme antes de que vinieran los invitados, ya que llevaba unas cuantas horas en la cocina, y me quedaba por hacer la tortilla de patatas, a la que había añadido calabacín y cebolla. Quedaban pocos minutos para que llegaran, así que a los huevos le añadí un brick de nata, la mezclé con la patata que había pochado, y toda la mezcla la volqué en un molde. Al horno a 180º hasta que se doró. No sé, no miré el tiempo, pero me dió tiempo a ducharme, arreglarme y medio-secarme el pelo. La serví acompañada de pisto que había hecho al medidía. Y estaba...
mmmmm!!!! Qué rico!!! Me debías una comida, no?
ResponderEliminarTiene una pinta buenísima niña, y dicen que las prisas no son buenas, jejeje.
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